martes, 16 de febrero de 2010

"UN SAN VALENTíN A LOS 93 AÑOS"


Corría el año 1916 cuando María dió a luz a Manuel, un niño que pesó nada menos que 5 kilos al nacer. Ella y su marido Luis se sintieron muy felices al llegar al mundo su primer hijo aquel 25 de Septiembre. Unos años más tarde tendrían a su hermana Lola.
(Con el paso de los años, Lola acabaría haciendo tío a su hermano Manuel de 3 niños: 2 chicos y una chica, hoy ya adultos, y estos a su vez le darían dos sobrinos-nietos).

Vivían en Hijar, provincia de Teruel, en el Bajo Aragón. Manuel viviría una infancia feliz junto a su familia en una Torre junto a la Central eléctrica del pueblo, de la que se encargaba su padre, mientrás su madre cuidaba de la casa y la familia.
Su mejor amigo desde la infancia siempre fue Agustín, ya mayor pero aún vive en el pueblo.
Eran otros tiempos y le tocaría vivir una guerra civil y duros momentos.
Hasta Melilla iría para su servicio militar...

Como muchos jóvenes también conoció el amor y se casó con una joven de nombre Carmen, con la mala fortuna de perderla estando ella embarazada de su primer hijo. Por lo visto debió de coger algún tipo de resfriado o gripe que se complicó y aunque los médicos hicieron todo lo posible ni ella ni su bebé pudieron sobrevivir. Un duro golpe en la vida de Manuel.

Tiempo después el destino quiso que Manuel volviera a sonreir y conocer el amor de la mano de Asunción, hermana de su primera mujer. ¡Casualidades de la vida! Nunca sabemos las sorpresas que el destino nos tiene preparadas...
Con Asunción se casó pero llegó una nueva desgracia: perdieron a su primera hija siendo muy pequeña.
Por suerte después las desgracias acabaron y tuvieron dos hijos: María Luisa y José Manuel. Vivieron muy felices en Hijar.
Manuel trabajaba en el cine, en la sala de proyección. Cuando terminaba su jornada laboral seguía trabajando, como electricista. Todo por su familia, por darles todo lo que necesitaran. Un hombre estupendo que adoraba a su mujer y sus hijos y viceversa, Asunción una mujer estupenda que adoraba a su marido y sus hijos. Manuel siempre ha sido un buen hombre, de gran corazón, que nunca ha sabido decir que no. Siempre preocupado por los suyos.

Cuando la hija mayor contaba unos 8 o 9 años decidieron trasladarse a Zaragoza, donde Manuel siguió dedicándose a lo mismo: trabajar en el cine (cine Mola, ahora desaparecido) y a trabajar como electricista, mientrás que Asunción se ocupaba de su familia y la casa. Los hijos crecieron y llegaron los hijos políticos François e Inma y, a su vez las dos parejas les dieron nietos, cuatro nietos.
Sus nietos nunca olvidaran aquellas partidas al parchis y a la oca junto a sus abuelos Asunción y Manuel cuando eran niños, ni aquellas sopas de ajo de la abuela, ni sus ricas paellas... ni las Semanas Santas en el pueblo al que apenas bajaban esos niños salvo en aquellas señaladas fechas. Ahora recordaran ese pueblo, Hijar, con un especial cariño y añoranza lleno de recuerdos tan cercanos a la par que tan lejanos ya en el tiempo...
Luego llegaron los bisnietos, dos bisnietos que ahora están a punto de cumplir 4 y 6 añitos.
¡Como cambian los tiempos! Desde 1916, vivir una guerra, una dictadura, la democracia, los cambios tecnológicos, la llegada de la tele, la tele en color, hasta las vacaciones en Oropesa, Peñiscola, Salou... La llegada del euro y acostumbrase a él teniendo ya cierta edad... ¡Llegar a conocer incluso a 2 bisnietos!
¿Os podéis llegar a imaginar todo lo que ha tenido que vivir y todo lo que ha podido llegar a conocer Manuel desde 1916? Principios del siglo XX... Y estamos en el siglo XXI...


Hoy estamos a 16 de Febrero, hace 2 días fue San Valentín y Manuel con 93 años le hizo un último regalo a su esposa Asunción: reunirse con ella.
Era la fría noche de San Valentín, las diez menos veinte de la noche cuando Manuel se reunió con su mujer a la que echaba mucho de menos desde hacía poco más de cuatro años... Las diez menos veinte cuando Manuel exhaló su último suspiro... Las diez menos veinte cuando empezaron a resbalar las primeras lágrimas de un último adios...




"Espero que allá donde estés te lleguen las palabras que desde aquí te mando... Nunca te faltará una rosa para San Valentín"




En memoria de Manuel Muñoz Montañes, mi abuelo
"Nunca te olvidaremos"
25 de Septiembre 1916/ 14 de Febrero 2010

12 comentarios:

  1. Un recuerdo precioso de un abuelo y eso ya dice bastante de él y de ti.
    Una hijarana.

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  2. Me has hecho llorar. ¡Como te quiero!
    Tu padre

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  3. La vida con todas sus tormentas es para disfrutarla en toda su intensidad, dedicandola a los hijos, a Asunción, con todo el sacrificio que eso conlleva en tiempos bien duros y despues a toda la familia que va llegando hijos politicos, nietos, biznietos, y siempre con una sonrisa en los labios, siempre atento, cariñoso..me emocionó cuando lo vi venir a la boda de mi hijo Luis Eloy...no se puede pedir nada mas de una buena persona...solo una cosa tio...seguro que tienes mano por ahi donde estes, asi que cuida de los que quedamos aqui, y dale un beso a toda la familia que estais juntos un beso para todos.

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  4. No tengo palabras... Es algo precioso lo que has hecho por tu abuelo, un homenaje digno de una bellísima persona como debió ser él...
    Una historia maravillosa... Casi me han saltado las lágrimas.
    Eres una nieta magnífica, y seguro que él está orgullosísimo de ti...
    Un abrazo enorme preciosa. Te quiero.

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  5. Es precioso Silvia, cuánto amor en tus palabras. A mí me has hecho llorar... Besos y abrazos fortísimos para toda tu familia.
    Carmen.

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  6. Aunque sea ley de vida, no deja de acabar triste, pero es un bonito y emotivo adiós para Manuel. Desde luego a todos nos gustaría que nos recordasen así...

    Besos y fuerte abrazo.

    David

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  7. Has escrito un texto, un homenaje precioso. Sin necesidad de artificios ni palabras rimbombantes. Has conseguido emocionarme, entristecerme...sobre todo al tratar de ponerme en la piel de tus padres o familiares más cercanos al leer algo tan emotivo. No he podido evitar enviar el enlace de tu blog a unas cuantas personas, creo que es digno de leerse. Lamento vuestra perdida y creo que este texto es una de las mejores formas de honrar a alguién.

    Armando

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  8. Qué maravilla. Que escrito tan bonito. Es muy reconfortante, y casi diría que imprescindible, comprobar de vez en cuando que lo mejor que tiene la vida son los buenos sentimientos y los recuerdos cariñosos y agradables. Lo mejor. No somos absolutamente nada si no podemos evocar los momentos que hemos pasado con quien ya se ha ido y descansa, si no podemos mirar a los ojos de las personas que queremos y que nos quieren. No somos nada sin esas emociones y sin los seres que nos rodean. Alguien dijo una vez que el universo es algo muy frío que las personas recubrimos con sentimientos. Un abrazo para ti y los tuyos, Silvia.

    Dani

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  9. Silvia, leer estas líneas con una canción como "Candle in the wind" se te pone un nudo en la garganta, un precioso relato y un amoroso regalo para tu abuelo.

    No sabía nada de todo esto, recibe mi más caluroso pésame deseando verte pronto con la mejor de tus sonrisas.

    Un abrazo.

    Javier

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  10. Simplemente precioso y muy humano, la historia de la vida, de una vida, la de tu abuelo, un homenaje muy bonito, digno de ti que eres de las mejores.
    Un beso y un abrazo, Vero.

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