lunes, 23 de agosto de 2010

"Seamos Sinceros... ¿o no?"


Si le preguntamos a alguien si se considera una persona sincera, probablemente
su respuesta sea "si". Pero, ¿qué es realmente la sinceridad? Si probamos a preguntarle a esta misma persona qué entiende por sinceridad, seguramente nos responderá algo del tipo "decir la verdad" o "decir lo que uno piensa".
Pero cuando nos referimos a Sinceridad, el término abarca en realidad algo más complejo, Sinceridad implica una congruencia entre lo que "PENSAMOS, SENTIMOS, DECIMOS y HACEMOS".
Hoy en día la Sinceridad pretende ser uno de los grandes valores buscados en nuestra sociedad, sociedad por otro lado donde priman la imagen, lo postizo, las apariencias...
Ser sincero es mostrarse a los demás como es uno mismo.
Desconfiemos de quien contínuamente nos está adulando, probablemente o se trate de un hombre que en su casa es por el contrario un déspota o de una loca histriónica que sólo busca ser el centro de atención y que le devuelvan los halagos.

Ser sincero no tiene por qué implicar hablar sin parar y no callarse nada, hay que saber distinguir entre las opiniones subjetivas y los hechos. Tus opiniones son subjetivas, nadie está en posesión de la verdad absoluta y no tienes porqué dar tu opinión si nadie te la pide, si un amigo te cuenta un problema y te pide un consejo aconséjale. Si estas en una reunión debatiendo un tema opina. Otra cosa muy distinta es ir poniendo verde a todo el mundo, eso no es sinceridad, como el típico comentario de la típica cuñada borde que llega y suelta en cada reunión familiar:
"Ay, te has engordado" (y además sin fundamento). A esto lo mejor es contestar sin perder la compostura, los modales ni la sonrisa, pero si con cierta ironía... "Cariño, no te preocupes, aún me quedan unas cuantas raciones de helado para alcanzarte a tí..."
Del mismo modo no tenemos por que decirle a una amiga enferma a la que vamos a visitar la mala cara que tiene, que resulta evidente y lo sabe de sobra, ni remarcar esa mancha en la camisa que se ha echado nuestro amigo en la cena, que seguramente ya se lo diran unas cuantas personas a lo largo de la noche.
Es por ello que a la hora de hablar de Sinceridad debemos distinguir entre hechos fundamentales y tonterias sin importancia.


Decir la verdad si, pero tambien hay que saber COMO, CUANDO, DONDE y A QUIEN.

Cuando Fernando besó a otra en la despedida de soltero de su mejor amigo decidió sincerarse con su novia María a la mañana siguiente. La respuesta de María, tras unas cuantas lágrimas fue: "Hubiese preferido no saberlo".

La Sinceridad implica responsabilidad, antes de hablar hay que pensar, hay que saber lo que se va a decir y sobre todo con qué intención se va a decir. Si queremos ser sinceros con alguien tenemos que hacerlo sin ánimo de herir, ni por venganza ni porque nos caiga mal, ni por quitarnos un sentimiento de culpa. Hay que
elegir el momento, saber que la persona está preparada para escuchar lo que le tenemos que decir, hacerlo en privacidad, con tacto y sobre todo con respeto.
El respeto es la clave, hay quien prefiere no saber ciertas cosas y eso hay que respetarlo por encima de todo.
Igual ocurre en sentido inverso, ¿quién no ha dicho alguna vez una mentira piadosa? no por querer mentir, sólo con la única intención de evitar un sufrimiento a un amigo o un mal mayor... ¿pero y si ese/a amigo/amiga prefería saber la verdad?

En el caso de los médicos, en los paises occidentales se presupone que el paciente tiene derecho a ser informado por estos, mientrás que en China los médicos son quienes deciden en función del bienestar del paciente si deben o no mentir al paciente y a la familia sobre su estado real de salud. No obstante en la práctica real todos conocemos casos graves en los que es la familia la que conoce el estado del paciente y decide si es pertinente hacérselo saber o no. ¿Es esto justo? ¿Querríamos nosotros que nos dijesen la verdad? ¿Es más, tenemos derecho a saberla?
Para Platón las únicas personas que tenían derecho a mentir eran los galenos, ya que ese acto podría considerarse una forma de tratamiento.

He aquí el dilema y en mi opinión el quid de la cuestión: la clave está en el RESPETO.
Porque segun mi experiencia, toda verdad fundamental que afecte a una persona cercana querida, irremediablemente tarde o temprano acaba saliendo a la luz, y duele exponencialmente más cuando va acompañada de un engaño.

Por lo tanto, si la persona afectada ha dejado claro que prefiere ante todo la SINCERIDAD, seamos Sinceros, si es dificil y no tenemos valor es nuestro problema, no es suyo. Seamos sinceros pero con tacto y sin obviar información.
Démosle la información que nos pida, toda.

Si por el contrario el afectado ha dicho que ante un caso tal preferiría no saberlo, adelante con la mentira piadosa o la omisión de información. Ante todo RESPETO por la voluntad ajena.

No engañeís a quien pida sinceridad pues el engaño será lo más difícil de perdonar...

Personalmente, me quedo con la SINCERIDAD, siempre y ante todo la Sinceridad... Es la única forma de poder tomar decisiones y las riendas de tu vida, conociendo la verdad de lo que te rodea.
¿Y vosotros?



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Todo hombre es sincero a solas; en cuanto aparece una segunda persona empieza la hipocresía.
Ralph Waldo Emerson (1803-1882) Poeta y pensador estadounidense.





El método más seguro de permanecer pobre es, sin duda, ser una persona franca.
Napoleón I (1769-1821) Napoleón Bonaparte. Emperador




Ser sincero no es decir todo lo que se piensa, sino no decir nunca lo contrario de lo que se piensa.
André Maurois (1885-1967) Novelista y ensayista francés




En asuntos de vital importancia, lo vital es el estilo, no la sinceridad.
Oscar Wilde


Los animales desconocen la envidia, los hombres la sinceridad.
Rafael Lasso de la Vega


Un poco de sinceridad es algo peligroso; demasiada sinceridad, es absolutamente fatal.
Oscar Wilde


El método más seguro de permanecer pobre es, sin duda, ser una persona franca.
Napoleón I (1769-1821) Napoleón Bonaparte. Emperador francés.


Todo hombre es sincero a solas; en cuanto aparece una segunda persona empieza la hipocresía.
Ralph Waldo Emerson (1803-1882) Poeta y pensador estadounidense


Mejor que con palabras la sinceridad se muestra con acciones.
William Shakespeare