Cuando comencé este blog, me costó decidirme... Siempre he escrito, pero para mí, para mi sola, para que nadie más lo leyera. En cada escrito, incluso en los aparentemente más impersonales, dejamos un "trocito" de nosotros mismos.
Nunca quise que nadie leyera mis escritos porque creía que me sentiría como si alguien "invadiese" un poquito mi intimidad. Pero finalmente me decidí a escribir para ser leída y es algo de lo que no me arrepiento, sino todo lo contrario.
No obstante siempre me he dedicado a escribir sobre temas de acualidad, sociales y políticos. Quizá en estos momentos sienta por algun extraño motivo la necesidad de ser más personal.
Hace sólo unos días supe que volvía a vivir a mi ciudad la que fue mi mejor amiga de adolescencia, aquella a la que prácticamente había perdido la pista, salvo alguna llamada puntual al año.
Supongo que sumando eso al hecho de que tal vez me encuentro más sensible de lo normal, necesito compartir mis pensamientos. Por eso y porque no hay nada de malo en abrirse a los demás y compartir lo que uno lleva dentro, tantas veces escondido, incluso para nosotros mismos, en un rinconcito de nuestra memoria...
No mencionaré su nombre porque no se si ella quisiera que lo hiciera, me limitaré a su inicial: S.
Con S. descubrimos lo que era conseguir la libertad que te da la mayoría de edad y no tener ataduras, descubrimos lo que era salir por ahí hasta las mil y pasarlo genial, sentirte en un grupo de amigos donde cada uno vive esa amistad con real "autenticidad", sin intereses ocultos, tan sólo siendo amigos que se lo cuentan todo y comparten mil momentos, buenos y malos. Descubrimos las auténticas lágrimas y las auténticas risas... las confidencias, los amores imposibles y las broncas de nuestros padres por llegar tarde a casa.
El regreso de S. me ha hecho recordar quienes eramos las dos, las ilusiones que teníamos, nuestros planes de futuro... ¿y dónde han quedado todos esos planes e ilusiones?
De todo esto hará unos 10 o 12 años, pero fueron unos años increibles, de despertar a la vida y a ser uno mismo.
¿Por qué luego cuando crecemos nos olvidamos de todo eso y nos empeñamos en que los adolescentes andan perdidos y aún no saben ni quienes son?
¿No será todo lo contrario? ¿No será que es en ese crítico momento de pasar de la niñez a la vida "adulta" de los 18 cuando realmente nos podemos permitir ser nosotros mismos? Sin ataduras, con la valentía que a veces da la inconsciencia... con nuestros sueños e ilusiones que ese momento pensamos que algún día ser harán realidad.
En ese momento somos como un puzzle recién completado, hemos crecido, pero aún no hemos tenido las suficientes vivencias como para perder la ilusión y de paso cachitos de ese puzzle que tantos años nos costó completar.
Con cada desilusión de la vida, con cada pequeño fracaso, con cada pequeña herida que aunque creamos cicatrizada siempre deja marca... vamos perdiendo pequeñas piezas de ese puzzle que un día fuimos sin darnos ni cuenta. Pasan los años y... ¿qué ha sido de esas piezas que se han ido desprendiendo por el camino? ¿Realmente ahora adultos somos nosotros mismos? ¿No nos faltaran esas pequeñas piezas perdidas y esas ilusiones ya olvidas para realmente ser nosotros mismos?
S., me alegro de que hayas vuelto y espero que recuperemos esa ya distante en el tiempo amistad. A ver si de paso podemos ayudarnos a recuperar esas piececitas de puzzle que quedaron en el camino...
Todos deberíamos encontrar el momento para pasar un tiempo buscando esas piezas de nuestro propio puzzle que hemos ido perdiendo unas y, dejando caer otras,e intentar volver a encajarlas en esa persona que un día fuimos y que tal vez apenas ya ni reconocemos...